Cuando terminamos una relación nos sentimos perdidas, desorientadas, sin saber qué hacer, a dónde ir, con quién salir.
Y qué hacemos???
Al principio nos quedamos llorando escuchando esas canciones que nos angustian una vez y otra vez, las veces que habré escuchado “La incondicional”. O miramos una película romántica que ya conocemos de memoria, “Mujer Bonita”, “El diario de Bridget Jones”. O vamos a nuestro psicólogo y le contamos todo lo que hicimos de arriba a abajo. O recurrimos a nuestras queridas amigas (si sabrán de mí los oídos de Nadu, Eri y Juli) y al chocolate…
Y pensamos… qué hice???
Y repasamos el último encuentro una y otra vez.
Y nos decimos, mejor dicho, me digo… Cómo hubiera querido ser Carrie y gritar como ella le gritó a Mr. Big en esa gloriosa escena frente a su apartamento en Manhattan, o simplemente decir como lo hizo Charlotte: “Maldigo el día que naciste…”
Tantas cosas cambiaríamos, tantas…
Pero … como no podemos volver el tiempo atrás, no podemos hacer como “Un Año para recordar”. Seguimos adelante.
Y cómo lo hacemos???
Buscamos un parche.
Y qué parches…
Hay tantos chicas…tantos y tan buenos.
Sino me creen, preguntenle a Samantha.
Yo tengo parches, siempre están.
A qué mujer no le gusta recibir una notita con palabras que emocionan. Un chocolate, un alfajor que hace sentir que se acuerdan de nosotras, que piensan en nosotras. Regalos especiales que nos vuelven especiales. Llamadas telefónicas, mensajitos de texto, mails que hacen reír, sonrojar, soñar. Salidas clandestinas que levantan la adrenalina a más no poder. Cenas románticas que nos hacen pasar noches únicas.
Así que, como les digo siempre a todas mis amigas …
Salgan a emparchar y disfruten!!!
Un parche, reemplaza otro parche, o no???
